William, un estudiante de primer año de arqueología acababa de mudarse cerca del campus de su Universidad en Londres, movido por la ilusión de encontrar un tesoro del cual escuchó desde niño, mismo que su abuelo y su padre habían estado buscando desde hace ya mucho tiempo en el sur del continente africano.
Interesado por descubrir el significado de la palabra valor, William se topó en su investigación con un tema que tal vez no tenía que ver con su profesión pero que le daría claves para entender un poco más al tesoro que por generaciones habían estado buscando; si entendía mejor lo que buscaba, tendría más probabilidades de encontrarlo. Ese tema al que se adentró fue: el dinero.
A pesar de que le encantaban los libros, a William le fascinaba el trabajo de campo. Como aún era estudiante, no contaba todavía con el suficiente patrocinio financiero para moverse directo a la fuente. Se enteró que la mamá de uno de sus compañeros era comerciante de algodón y le sugirió, que le permitiera abordar un avión que enviaría a Zimbabue, el cual regresaría a Londres con una mercancía lista para ser transformada en prendas de vestir.
Las habilidades de William le permitieron arribar a Harare, la capital de Zimbabue, país conocido por sus espectaculares parques, reservas y áreas de safari especializadas en rinocerontes, hipopótamos y aves. “¡Al fin estoy viviendo mi propia aventura!” Se dijo a sí mismo William.
Su objetivo era vivir en carne propia cómo fue que la economía de Zimbabue, habiendo sido una de la más fuertes de África se deterioró a tal punto que su inflación llegó al 100,000% en el 2008, la mayor inflación detectada en el mundo, seguida por el 13,000% que manejó Venezuela en el año 2020.
¿Cómo fue posible que un tesoro llamado dólar zimbabuense que antes adquiría fácilmente una taza de café, ahora no podía ni comprar siquiera un granito de dicha semilla? ¡Qué impresión se llevó al ver a un niño llevando una carreta repleta de billetes con denominaciones en trillones de dólares, que intercambió por un racimo de plátanos en el mercado!
La curiosidad de William por descubrir el valor del dinero, lo llevó al Banco Central de Zimbabue, mejor conocido como el Banco de la Reserva. Él recordaba en sus clases de economía que un billete era un papel, un ticket, un recibo que certificaba que había algo de valor almacenado en una bodega llamada banco. Tenía la sospecha de que ese tesoro escondido era oro y plata, además le hacía sentido, pues esa zona del continente africano es productora de esos metales preciosos.
Sorprendido totalmente, nuestro querido amigo no podía creer que no existía ninguna bodega repleta de oro y que el dólar de Zimbabue, no era más que un papel que respaldaba absolutamente nada. Se impresionó más al darse cuenta que la mayoría del dinero que circula en el mundo tiene la misma historia. Traducción, ¡el dinero es nada! No de manera romántica, sino real, material y financieramente hablando… ¡ES NADA! Sólo es papel, no tiene ningún valor.
Antes de terminar su aventura, William se las arregló para llegar a Johannesburgo, la ciudad más grande de Sudáfrica. Todavía no podía creer cómo literalmente toda la economía del mundo era una frágil casa de naipes; y más profundamente, no podía entender cómo el ser humano había llegado a tal punto, que pudiera corromperse, descuidar sus relaciones, preocuparse tanto y desvivirse por el dinero, ¡el tesoro que no tenía valor!
Para William, el viaje que empezó su abuelo a buscar en tierras lejanas, que continúo su padre y que ahora él había heredado, terminó en una casa de monedas en Ciudad del Cabo: “El verdadero dinero, siempre ha sido aquello que tiene valor en sí mismo, no aquello a lo cual le llamamos <fiat>”. Le comentó William al dueño de la tienda.
-“Señor, por favor deme dos monedas de oro Krugerrand”. Le sugirió.
-“¡Joven, veo que se lleva a Londres un par de souvenirs sudafricanos!”, dijo el dueño.
-“No solamente me llevo un recuerdo de mi viaje. Una moneda se la daré a mi abuelo y la otra a mi padre. El significado que les daré es que encontré finalmente su tesoro, mismo que buscaron por el mundo y siempre lo tuvieron más cerca de lo que se imaginaban”.
-“¿Y cómo se llama ese tesoro joven?”, replicó el dueño.
-Se llama desarrollo de la inteligencia financiera. Principal ventaja de alguien que entiende que el dinero es NADA literalmente y no sólo románticamente.
Estimado lector,
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Mayifer Rivera (lunes, 08 junio 2020 11:49)
Excelente artículo para comenzar el día con un momento de lectura, para aprender y desarrollar la inteligencia financiera.
Está muy interesante, entiendo entonces que el dinero tiene un valor simbólico y ese simbolismo influye en nosotros porque representa algo muy poderoso. Y tiene un gran impacto en la mente de las personas porque así se ha comprado la idea del valor del dinero.
Sin embargo, es fundamental el entender de dónde parte todo, osea no dar por hecho las cosas, es decir, educarnos financieramente para poder disfrutar y no perder de vista lo que es realmente importante.
ZAVALA MARTINEZ CAROLINA (martes, 09 junio 2020 00:21)
Interesante mensaje, considero que la mayor parte de las personas tenemos la idea, la creencia por tradición, lo que nos enseñaron que lo principal "para ser feliz y vivir es el tener dinero "
Es importante romper paradigmas.
MARIA ENRIQUETA GARCIA ABRAHAM (sábado, 13 junio 2020 09:50)
Muy interesante entender que el valor que le damos al dinero es solamente por lo que significa ya que no hay nada detrás que lo respalde. Es solo papel, y por papel, estamos dispuestos a dar nuestro tiempo. Me impactó la frase donde reflexionas sobre el abandono a nuestra familia o seres queridos por conseguirlo. Yo recuerdo a una amiga que me decía, "le das tanto valor que si pesara ya te estaría aplastando, pues es una energía muy poderosa en ti". Ahí fue mi primer entendimiento de manera diferente de lo que es el dinero. Gracias por ponernos estas simples pero sustanciales reflexiones. Saludos.
Leonardo Rashitt (miércoles, 17 junio 2020 10:32)
Pienso que el desarrollo de la inteligencia financiera nos hace ver el verdadero valor de las cosas en nuestra vida, es decir, la familia, nuestra salud, tranquilidad, por lo tanto, si conocemos las reglas del juego del dinero y sabiendo que el dinero es nada, podremos enfocarnos en el dinero como un medio y no como un fin.
El dinero es mi amigo... solo requiero aprender a jugar con él.