Los seres humanos tenemos diferentes dimensiones como personas que somos. Al describir todo lo que está a nuestro alrededor utilizando las palabras “esto” y “es”, es que podemos descubrir nuestra propia existencia.
“Yo” y “soy” son las palabras que usamos para afirmar que participamos de la existencia que percibimos con nuestros sentidos, y si nos detenemos a reflexionar en ello, alcanzaremos a percibir el poder de dicha afirmación de manera profunda.
En el momento en el que nos decimos a nosotros mismos “yo soy inversionista”, automáticamente estamos afirmando que conocemos las acciones que realiza un individuo que invierte.
Te propongo algunos puntos que describen las acciones de un inversionista sofisticado, que te pueden servir para que te digas a ti mismo esta poderosa declaración, “yo soy inversionista”:
- Un inversionista conoce el significado de las principales palabras financieras.
- Domina el idioma de las inversiones.
- Se puede comunicar eficazmente con sus similares.
- Se rodea de un grupo social que realiza las mismas actividades.
- Piensa como inversionista, valga la redundancia.
- Utiliza sus emociones a su favor.
- Toma el control de sus propias inversiones.
- Se responsabiliza de sus decisiones.
- Acepta las pérdidas porque en su sistema siempre serán menores a sus ganancias.
- No culpa a otros, ni al mercado, ni a la economía, ni al gobierno por sus resultados.
Ahora que has descubierto la existencia de la persona que “es inversionista”, modela su ser, un buen punto para empezar es declarándote como tal.
Tus palabras, ya sea las que expresas o te dices internamente, tienen el poder de determinarte. Elíjelas cuidadosamente, protégelas como oro.
Lo que te dices a ti mismo de ti mismo te empodera a tomar el liderazgo de tu propio dinero; comienza auto convenciéndote de que cada día mejoras más y más como inversionista, y emprende las acciones coherentes (apóyate de la lista anterior).
Como te podrás dar cuenta, convertirte en inversionista sofisticado es la mejor inversión que puedes hacer si deseas sobrevivir con mejores resultados financieros en un mundo capitalista como el que nos tocó vivir. No cabe duda que tu mente es la cuenta que mejores intereses deja. Cuida lo que depositas en ella. Simplemente invierte en ella.
¡Invierte en tu mente simplemente!
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