Rodearme de las personas adecuadas ha sido una de las tareas más difíciles que he tenido a lo largo de mi carrera como inversionista, yo tomé el camino largo para poder conocer a los mejores mentores, me tomó mucho tiempo y gané mucha experiencia. A este método de prueba, error, corregir le llamamos en Simplemente Invierte de la siguiente manera:
“Besando sapos”.
Hay algunas historias de hadas que nos cuentan cómo ciertas princesas besaron a un sapo y dicho sapo se convirtió en el príncipe azul.
¿Qué hubiera pasado si el primer
sapo besado no fuera el príncipe?
Pues la princesa besaría al que sigue, y al que sigue, hasta encontrar al que verdaderamente se transformara en príncipe.
Este fue el camino rudo que yo seguí y que más recomiendo a los estudiantes que buscan al mejor maestro. ¡No te pierdas de esta maravillosa experiencia sólo por ganar tiempo!
Recuerda que ser inversionista sofisticado es una decisión que queremos tomar diariamente de por vida. ¡Así que no hay prisa!
Hay un dicho que dice:
“Para hablar de negocios, es necesario saber inglés;
para hablar de amor, es necesario saber francés;
y para hablar con Dios, es necesario saber español”.
Hasta el momento, la mayor parte del conocimiento financiero también lo encontramos en inglés, por lo tanto, los mejores mentores son angloparlantes. Como parte de mi desarrollo como inversionista, tuve que vencer mis miedos para leer, escuchar, hablar y escribir en inglés, de esta manera pude acceder de primera mano al contenido… ¡Ojo, tuve que ampliar mi contexto primero!
Al igual que un deportista profesional, un inversionista sofisticado siempre tiene en su equipo a distintos entrenadores. Por ejemplo, en el futbol americano encontraremos al coach que dirige la ofensiva y a otro entrenador que plantea las estrategias a la defensa. En mi caso, he tenido la fortuna de haber encontrado grandiosos seres humanos como es el caso de mi socio y maestro Ken McElroy y mi mentor Alex Arriaga en las inversiones en inmuebles, a mis maestros y mentores Andy Tanner y Noah Davidson para comprender el fascinante mundo de los activos en papel, y sin irme muy lejos, a mi propio padre, que me heredó el amor por los negocios agropecuarios; es bueno empezar tu búsqueda volteando a ver a tus seres queridos más cercanos.
Deseo que consideres los siguientes puntos antes de “besar suficientes sapos”:
1) ¿Tu mentor es exitoso como inversionista?
2) ¿Tu mentor es un buen pedagogo, es didáctico?
3) ¿Tu mentor te “enseña” finanzas, o te “educa” financieramente?
4) ¿Tu mentor trabaja sólo o es parte de un equipo?
5) ¿Si tu mentor llegara a faltar, su equipo y sus sistemas establecidos permitirían tu auto continuidad?
6) ¿Tu mentor habla tu mismo idioma, o tu hablas el de él o ella?
Uno de los principales miembros de tu equipo de inversión es tu mentor.
¡Te deseo que persistas en el camino que estás recorriendo para encontrarlo!
Siempre recordando que:
“Para encontrar al príncipe azul, primero hay que besar sapos”.
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luis guiza (martes, 18 septiembre 2018 23:24)
Encontrar un mentor es la clave para la formacion financiera, para recibir los conocimientos de la experiencia probada que nos asegure la libertad financiera que todos quisieramos basada en sistemas con resultados probados y con la actitud correcta para lograrlo.