Es muy complicado dar recomendaciones en general por la amplitud de personalidades a las que estamos expuestos; aunque en todas las profesiones u oficios tenemos algo que ver con el dinero, cada persona tiene un contexto diferente.
Sin embargo, puedo compartir la experiencia que tuve después de leer un libro que me motivó a decidir convertirme en inversionista: “Padre Rico, Padre Pobre” de Robert Kiyosaki.
Debo confesar que a veces tenía actitudes arrogantes, pues al haber egresado de una carrera profesional que tiene que ver con los negocios,
sentía que ya lo sabía todo,
¡Eso fue un gran error!
En realidad me estaba privando de conocer más y de aventurarme a entender el mundo de las inversiones desde otros puntos de vista.
Cuando caminaba por los pasillos de librerías de prestigio, con tan sólo ver el título de este libro, generaba un sentimiento de repulsión, aunque muy en mis adentros admiraba el marketing que connotaba.
Un día me sorprendí al ver a mi cuñado leyendo, nunca pensé que alguien que normalmente no leía estuviera tan entretenido, me dio curiosidad y le pregunté cuál era el título del libro, me contestó: “Padre Rico, Padre Pobre”; de nueva cuenta reconocí en mi interior el sentimiento de repulsión y mi arrogancia salió a relucir:
“Todo eso ya lo sé, lo estudié en mi carrera”,
pensé en mis adentros… Pero cuando mi cuñado me empezó a platicar los conceptos que el libro manejaba, poco a poco comencé a darme cuenta que
¡no sabía de lo que me estaba perdiendo!
A los pocos días decidí comprar “Padre Rico, Padre Pobre”, pedí unos días de vacaciones en ese que fue mi primer y único empleo (por cierto me encantaba), me encerré a no sólo leer el libro, sino a estudiarlo y reflexionarlo,
y fue entonces cuando decidí renunciar a mi empleo para adentrarme en el conocimiento del lenguaje de los inversionistas sofisticados.
El libro sólo fue el comienzo y una herramienta muy valiosa que me ayudó a tomar acción, pero sinceramente, hoy reconozco que el que merece realmente el honor soy yo mismo, pues a partir de entonces todos los días
elijo ser inversionista,
escojo reconocer que “no sé todo” y por eso no me pierdo de aprender de la sabiduría de los demás; y lo más importante, encontré “mi por qué” lo suficientemente fuerte que me ha animado en el proceso para sobrellevar las críticas de los demás y las caídas propias que cualquier emprendedor tiene (especialmente las económicas), para levantarme, aprender, corregir el error y seguir adelante en un proceso que al principio fue muy difícil y que se ha convertido en una de las aventuras más divertidas de mi vida,
porque hoy en día lo disfruto.
El verdadero sentido de tu vida siempre ha estado en tu interior,
los libros sólo te ayudarán a ponerle rumbo…
Lo más importante es querer, decidir y persistir en la acción a pesar de los tropiezos.
¡Toma acción hoy!
Comparte en:
Escribir comentario
Alphonse Rajastán (viernes, 17 agosto 2018 18:06)
Muchas gracias por este testimonio. Es verdad lo que dices, hay que ser valientes para reconocer que no lo sabemos todo, y solo esa actitud nos moverá a estudiar, leer, inquirir, y eso nos hará crecer en sabiduría. Solo así crecemos!!!
Georgina Quiroz (domingo, 09 septiembre 2018 15:43)
Ya lo lei, pero ahora que entro a este mundo estoy segura que tomara otro sentido �