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¿Por qué mucha gente no invierte?

Pienso que las dos principales razones por las que las personas no invierten, ya sea en instrumentos clásicos de inversión, o en activos un poco más avanzados en nivel de sofisticación como es el caso de los bienes raíces son: 

 

“No tengo tiempo y/o no tengo dinero”.


 “Yo no tengo tiempo para invertir”

 

Normalmente cuando me adentro a una conversación con alguien que me ha dicho “no tengo tiempo” me doy cuenta que más que no tener tiempo, en su jerarquía de prioridades no se encuentra la de separar un momento para invertir. Tal vez su interés se centra en trabajar toda la semana muy duro, y es comprensible que con el fin de desestresarse, busquen desconectarse los viernes en algo que puede acabar en un reventón y que podría durar hasta el sábado para que por fin el domingo descansen, duerman lo más posible para comenzar de nuevo el lunes el círculo de actividades en las que están inmersas. No es raro encontrarme con que muchas de las personas que están sumergidas en este patrón carguen con sentimientos de culpa por justamente no tener tiempo para las cosas importantes que desean en su vida, ya sea para viajar por el mundo o simplemente para ver a sus hijos crecer. Es cierto, algunos los ven crecer de forma horizontal, pues cuando se van temprano a trabajar duro, sus hijos están dormidos y cuando regresan tarde, ya se volvieron a dormir; esto sin tomar en cuenta que el viernes y el sábado están despiertos a morir y que el domingo les toca a ellos dormir, pues han tenido una semana muy pesada.

"Yo no tengo dinero para invertir"

 

Cuando platico con una persona que me dice “no tengo dinero”, puedo apreciar en muchos de ellos una falta de educación financiera alarmante, pues la mayoría gastan lo que ganan ¡o incluso más! Eso no es todo, a veces esto no es la causa por la que no tienen dinero sino más bien el efecto, el reflejo de su conversación interna en su vida. Algunos se dicen a sí mismos: “El dinero es para gastarse”, “la vida es para vivirla hoy”, “en la siguiente quincena me pongo a mano”… En otros casos más severos: “No me alcanza”, “el dinero no se da en los árboles”, “el dinero es la raíz de todos los males”… Si yo realmente estuviera convencido que el dinero es la raíz de todos los males, como no quiero ser malo, entonces evitaría que llegara a mi vida lo más posible e incluso, del dinero que me llegara como fruto de mi trabajo, me encargaría de alejarlo de mí lo más posible ¿cómo? Pues gastándolo. Esto combinado con mi falta de educación financiera, resulta en que lo gastaría en cosas superfluas, en caprichos que no puedo evitar tener, pues la gente que forma mi círculo social también los tiene y yo quiero sentirme aceptado y perteneciente. 


¿Cómo ordeno mi vida para poder invertir?

 

Algo que en la mayoría de las ocasiones comparten ambos perfiles de personalidades que no invierten, los que no tienen tiempo y/o los que no tienen dinero, es que en su conversación interna también se plantean objetivos en los que su lógica de pensamiento es más o menos esta: “Cuando tenga tiempo voy a invertir”. Y muy en sus adentros su subconsciente grita: “¡Y entonces, sólo entonces seré feliz porque podré hacer ese viaje que tanto he soñado y podré acompañar a mis hijos a sus actividades escolares a las que nunca he podido asistir!”. Otro ejemplo: “Cuando tenga dinero voy a invertir, pues los bienes raíces son muy caros, se necesita mucho dinero para comprar una casa y no se diga un edificio y por ahora no está al alcance de mis manos”. Mientras tanto, la vocecita más silenciosa pero más influyente de sus propias acciones aclama: “¡Y entonces voy a ser feliz!”.

 

Estas dos maneras de pensar me parecen muy complicadas de entender ahora que he aprendido a desarrollarme como persona, no voy a mentir diciendo que yo nunca pensé así, pero lo que cada día logro más y más, es avanzar en el planteamiento de mis objetivos de forma contraria. En vez de decir: “Cuando tenga tiempo o dinero voy a invertir en bienes raíces y entonces voy a ser feliz”, ahora digo: “Debido a que yo soy una persona feliz, es por eso que mi comportamiento es coherente con mi estado de ánimo e invierto en bienes raíces, sin hacerle caso a mis pretextos, y como consecuencia de que soy feliz e invierto, es que tengo dinero y tiempo.”

Simplemente SER-HACER-TENER

 

En resumen, en vez de plantearme mis objetivos del TENER al HACER para terminar en el SER, diariamente elijo primero SER quien quiero ser desde el primer instante. Segundo, HACER lo que debo hacer porque quiero (en otras palabras, libremente) siendo coherente con mi convicción y no por fuerza de voluntad. Tercero, TENER lo que siempre ha estado a mi alrededor en abundancia y que tal vez no me había dado cuenta que ahí estaba, por ejemplo, realmente poseer el tiempo y el dinero que necesito. Así, si nos formamos un círculo virtuoso, el fin de mi patrón de pensamiento y comportamiento será otra vez el SER. Mi punto de partida siempre es el SER y en el SER está mi fin. En este ejemplo, empiezo siendo feliz y termino siendo feliz. El filósofo realista que vive dentro de nosotros se desvive constantemente en redundar en la siguiente cuestión: “¿Qué es el SER?” Y no descansará hasta descubrir que dicho SER es el principio y el fin, incluso en el planteamiento de nuestros objetivos.


¿Cómo hacer realidad mis sueños?

 

Como consecuencia de lo que PIENSO de mí mismo, HABLO de mí mismo, decido SENTIR acerca de mí mismo, es que encamino mis ACCIONES con elocuencia y es por eso que mis RESULTADOS se materializan en lo que quiero. De cualquier manera, siempre tenemos la razón; si yo pensara y me sintiera como un tonto, actuaría como tonto y mis resultados serían las tonterías. ¿Por qué no mejor reconozco que el mejor punto de partida es convencerme genuinamente que ya SOY feliz, ya SOY amado, ya SOY un ser de paz?

 

El planear nuestros objetivos del SER al HACER y del hacer al TENER, en dicho orden, funciona no solamente para decidir invertir en bienes raíces en Estados Unidos para ganar ingresos pasivos mensuales y ganancias de capital a largo plazo en dólares, sino para cualquier cosa en la vida en la que queramos superarnos.

 

Si no tengo tiempo para invertir y menos en Estados Unidos, ¿cómo le hago?

 

“¡Ok, comprendo que ni la falta de tiempo, ni la falta de dinero no deben ser impedimento para que yo pueda invertir en inmuebles internacionales para recibir atractivos rendimientos en dólares, pero aún no comprendo qué puedo hacer!”. Es algo que me imagino que ciertas personas estarían pensando. A ellas yo les respondería: “¡SIMPLEMENTE INVIERTE!” ¿Cuál es la manera más simple de invertir? Júntate con alguien que ya lo haga. Apaláncate de su educación y de su experiencia.


Dos cosas que puedo hacer si no tengo dinero:

Invierte en tu mente simplemente y ayuda a los demás usando los recursos de otros .

 

 “Aún así, es una realidad que si le echo un vistazo a mi cuenta de banco no tengo dinero, estoy consciente y quiero desarrollar mi ser para pensar, sentir, actuar y tener mejores resultados… Pero ¿cómo invierto sin dinero?”. A los que tienen esta incógnita yo les respondería: “Como parte del desarrollo de tu ser, INVIERTE EN TU MENTE SIMPLEMENTE”. Incluye en el plan de desarrollo de tu ser, el aprender el lenguaje de las inversiones internacionales en bienes raíces; los médicos hablan como médicos, los directores de un área de mercadotecnia de una empresa hablan como mercadólogos, los mexicanos como mexicanos, los españoles como españoles… Los inversionistas hablan como inversionistas. Invierte en aprender este idioma nuevo y verás como el dinero llegará cuando reconozcas una buena oportunidad y los demás confíen en ti. Incluso, ¿por qué no ayudar financieramente a otras personas que tienen rendimientos promedio a mejorar sus intereses, presentándoles proyectos de otros expertos con lo que compartes la misma mentalidad y ética? Todo está a tu alrededor en abundancia. ¡Decide diariamente SER-HACER-TENER!


Cuatro cosas que quieres recordar diariamente para cumplir tus metas financieras:

 

  1. ¡NO ESTAS SÓLO!
  2. ¡SIMPLEMENTE INVIERTE!
  3. ¡INVIERTE EN TU MENTE SIMPLEMENTE!
  4. ¡AYUDA A OTROS MIENTRAS TE DESARROLLAS COMO INVERSIONISTA!

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Comentarios: 3
  • #1

    Alfonse Rajastán (jueves, 19 julio 2018 16:00)

    Muy interesante. Creo que primero debo aprender el lenguaje de los inversionistas.
    Qué libro me recomiendas para empezar?

  • #2

    Sofia Macouzet (jueves, 19 julio 2018 16:03)

    Excelente proyección, te felicito!

  • #3

    Carlos Campos (sábado, 21 julio 2018 13:23)

    Despues de leer tu blog me siento mas seguro para hacer inversiones en bienes raices en mexico, pero quisiera entender mas de bienes raices en estados unidos y que tan probable es mantener esas propiedades frente a posibles derechos migratorios y asuntos de la misma indole que estan de moda en ese pais. Gracias por tan completo articulo sobre el Ser y la.Inversion.